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Bordaberry: "Parece que se cayó la viga"

El líder de Vamos Uruguay escribe una columna de opinión acerca de ANCAP y la política económica nacional.

16:57 hs 24/Jul
2015
Opinión

Opinión

Corrían los primeros meses del año 2013 cuando en el Senado de la República solicitamos la interpelación al Ministro de Economía de entonces, el Ec. Fernando Lorenzo.

El motivo principal de la misma era el déficit fiscal con que había cerrado el año 2012 (a lo que se sumaba la existencia de dos equipos económicos que peleaban públicamente entre si, la inflación que aumentaba y la preocupante situación de las empresas públicas y sus resultados).

En esa interpelación de abril tratamos de alertar sobre lo que estaba pasando con las empresas públicas, e incluso presentamos una moción por la que se exhortaba al Poder Ejecutivo a realizar un mayor control sobre ellas.

Incluso preguntamos al Ministro si entendía que la gestión en entes como Ancap, Antel y Ute era buena y si se necesitaba más control. 

La respuesta del entonces Ministro fue que todo estaba muy bien y no se necesitaba. Desde su sillón en la Presidencia del Senado, el hoy Ministro de Economía, acompañó con su voto lo que dijo el Ministro.

Pese a esa contestación los números eran claros en cuanto a explicar que gran parte del desvío entre el déficit proyectado por el gobierno (1%) y el que habíamos tenido (que era del 2,8%) se debía al rojo de las empresas públicas.

En especial el de Ancap.

Unos meses más tarde llamamos a Sala, al Ministro de Industria de la época, el Ing. Kreimermann, con la finalidad de que se cambiara el rumbo en las empresas públicas. en especial en Ancap, Ute y Antel.

Basados en los estudios serios y, a nuestro juicio, contundentes de nuestro equipo, pusimos de relieve la situación de Ancap, las aventuras de Alur, el mal manejo publicitario en Antel, los problemas enormes que se estaban suscitando con la Regasificadora y la Planta de Ciclo Combinado en Ute.

Pero nadie prestó atención y siguieron adelante. 

Ambas interpelaciones tuvieron una fugaz repercusión en la opinión pública, los medios y sobre todo en el sistema político.

Sistema político que no reaccionó pese a la gravedad de la situación denunciada y sobre la que una y otra vez seguimos alertando desde entonces.

Pero fue como echar en saco roto.

Los dos años siguientes volvieron a mostrar los desvíos en las metas de déficit (2,4% en el 2013 y  3,4% en el 2014).

Las dos interpelaciones terminaron en la forma en que finalizan en estos tiempos: con un pronunciamiento, de la mayoría parlamentaria con que cuenta el Frente Amplio, de satisfacción y respaldo por la gestión cumplida por quienes están al frente de los organismos en cuestión.

En la campaña electoral pasada le envié a tres de los precandidatos presidenciales (Tabaré Vázquez, Luis Lacalle Pou y Pablo Mieres), una propuesta de compromiso de gestión sobre la empresas públicas, sus gastos y la publicidad.

Solo Pablo Mieres contestó. Se expresó dispuesto a trabajar para solucionar estos temas.

Los otros dos no lo hicieron.

Todo parecía ser positivo en ese momento.

Hoy algunos se dieron cuenta de lo que estaba pasando en Ancap y piden comisiones investigadoras. Hacen bien, aunque sea tarde, en pedirlas y preocuparse por esto.

Pero esas investigadoras deben incluir no sólo la actuación de los miembros oficialistas de los directorios de los entes. También deben incluir la actuación de los directores que representaban a la oposición en ellos que debían controlar.

¿O es qué ahora nos olvidamos que había personas no frenteamplistas sentadas en esos directorios votando resoluciones, planes de gestión, balances, etc?

Recuerdo que un diputado de nuestro Partido fue duramente criticado en su momento cuando realizó un pedido de informes sobre la asignación de publicidad, donaciones de dinero y de bienes por parte de Ancap. Donaciones en efectivo a clubes privados, auspicios de eventos de todo tipo, compra de avión, donaciones de combustible, de las famosas bolsas de portland y varias cosas más.

Todo eso debió haber pasado por el Directorio y, si no fue así, hubo omisión en el control.

Una comisión investigadora tiene que investigar la actuación del ente y de sus directores, pero de todos sus directores.

Porque si  un director no está de acuerdo debe dejar constancia de ello en actas. No son floreros que están de adorno en los entes y si no logran su cometido deben dejar la constancia e irse.

Los que hoy se desayunan con que en Ancap hay problemas, debieran ver, sin dudas, la paja en el ojo ajeno. Pero sobre todo mirarse en el espejo para ver que es lo que hay en el suyo.

Celebramos que hoy se les haya caído la viga.

 

FOTO:PC

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