El desplome de la producción de trigo pone más en dificultad a los sirios

La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) publicaron hoy una evaluación conjunta sobre la inseguridad alimentaria en el país árabe en su séptimo año de conflicto.

La producción de trigo cayó este año a 1,2 millones de toneladas, su nivel más bajo de los últimos 29 años y dos tercios menor que en 2017, según las agencias, que atribuyen el descenso a las condiciones meteorológicas extremas.

Además, la violencia ha dañado grandes extensiones agrícolas, ha obligado a desplazarse a miles de agricultores sirios y ha incrementado el coste de los insumos.

Unos 5,5 millones de sirios continúan padeciendo hambre y requieren algún tipo de asistencia, un 20 % menos que un año antes, mientras aumenta el número de personas que están volviendo a sus casas y disminuye el de quienes estaban en lugares de difícil acceso, según la ONU.

La experta de la FAO Monika Tothova indicó a Efe que "la situación agrícola en el país no es buena y ciertamente es peor que antes de la crisis", al tiempo que se han visto "mejoras en comparación con lo sucedido el año pasado".

"Desafortunadamente, este año hubo una mala distribución de las lluvias, que hizo disminuir la producción agrícola", añadió la especialista, que consideró "probable" que aumenten los precios de los alimentos y la dependencia de las importaciones.

Según el informe, la mayor seguridad y la reapertura de rutas de abastecimiento han ayudado a reducir los precios de los alimentos en un 40 % respecto al año pasado, si bien siguen siendo siete veces más altos que antes de la crisis.

En la provincia septentrional de Idlib, donde la ofensiva anunciada por Damasco contra los rebeldes quedó suspendida el pasado mes tras el acuerdo alcanzado por Rusia y Turquía para crear una zona desmilitarizada, las organizaciones calculan que entre 500.000 y 800.000 personas podrían estar sufriendo inseguridad alimentaria.

En la provincia de Al Hasaka (noreste), que tradicionalmente aporta casi la mitad del trigo del país, solo se ha podido cosechar el 38 % del cultivo de ese cereal por el mal tiempo.

El estudio también subraya que uno de cada cuatro hogares consume pocos alimentos, algo que empeora en las familias de desplazados y retornados, y recomienda mantener la asistencia externa hasta que haya una recuperación económica para evitar que crezca el hambre.

En base a EFE
Foto: Presidencia