El documento se dio a conocer con motivo de un acto organizado por la Red Global contra las Crisis Alimentarias, que reunió en Bruselas a representantes de la Unión Europea, de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del Programa Mundial de Alimentos.
Los conflictos bélicos, el cambio climático y las crisis económicas motivaron, por ese orden, las deficiencias alimentarias.
Cerca de dos tercios de las personas más afectadas por el hambre se encontraban en ocho países: Yemen, la República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Siria, Sudán, Sudán del Sur y Nigeria.
La guerra y los conflictos motivaron la desnutrición de 74 millones de personas en 21 países.
Otros 29 millones de personas padecieron hambre por culpa de las catástrofes naturales y el clima y unos diez millones se vieron afectados por el impacto de crisis económicas.
Países como Venezuela y Corea del Norte, donde también hay problemas alimentarios, no aparecen en el análisis por la existencia de carencias en sus datos.
Con vistas a 2019, el informe indica que no hay visos de que cambie la situación en los países más afectados por las hambrunas.
Además, alerta de que la sequía empeorará las perspectivas de producción agrícola en distintas zonas del sur de África y en el Corredor Seco de Centroamérica y de que el fenómeno meteorológico "El Niño" tendrá posiblemente un impacto en la agricultura y los precios de los alimentos en Latinoamérica y el Caribe.
Para abordar eficazmente las crisis alimentarias, los expertos mencionan la necesidad de poner fin a los conflictos, dar más poder a las mujeres, mejorar las infraestructuras rurales y reforzar las redes de seguridad y ayudas sociales.
Foto y datos: EFE
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