De visitante
(Montevideo/AFP) Monte Carlo - MDS
Brasil, Uruguay y Paraguay, que junto con Argentina y la recién llegada Venezuela integran el Mercado Común del Sur, están de acuerdo en buscar una fórmula que permita acabar con una de las principales limitaciones que exhibe el bloque: la imposibilidad de buscar acuerdos comerciales sin la anuencia de los demás socios.
Vázquez, que observa con preocupación el deterioro del comercio intra Mercosur y sus efectos sobre la economía uruguaya, y Rousseff, cuyo gobierno atraviesa una fuerte crisis política por escándalos de corrupción en la estatal Petrobras y una coyuntura económica muy poco prometedora, intentarán avanzar además en un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE).
El pacto, estancado desde hace más de 10 años, es visto por los dos gobiernos como una primera alternativa de apertura comercial para este bloque fundado en 1991.
"La política comercial precisa ser más pragmática. (...) Brasil precisa integrarse a las corrientes de comercio" mundiales, "sobre todo en regiones que son más dinámicas hoy que el Mercosur", dijo el lunes a la AFP el ministro brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Armando Monteiro.
De su lado, Uruguay ha hecho "consultas con todos los países integrantes del Mercosur, y con dificultades en algunos, pero hay consenso, hay acuerdo para trabajar una propuesta" que permita buscar arreglos comerciales fuera del bloque, explicó la semana pasada el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa.
Se trata de un cambio fundamental para el Mercosur por el que abogaban Uruguay y Paraguay y que chocaba con la reticencia de Brasilia y las dificultades económicas por las que pasa Argentina.
Pero los números mandan.
La economía y la UE
Brasil atraviesa una difícil situación económica. En abril, el FMI recortó la previsión de crecimiento de la mayor economía latinoamericana para 2015 y vaticinó una contracción del PIB de 1%.
Además, de enero a abril, el país acumuló un déficit comercial de más de 5.000 millones de dólares.
Fuentes conocedoras de las negociaciones dentro del Mercosur dijeron a la AFP que las presiones de los grupos empresariales que se vieron afectados por la pérdida de las preferencias arancelarias con la UE se hacen sentir cada vez con más fuerza en Brasilia.
"Hay una prioridad que la dan los números. Hay una cantidad de exportaciones que Brasil no puede ingresar con preferencia" a la UE, y por eso la insistencia de Brasilia en empujar ese acuerdo, señalaron.
Argentina nunca presentó sus ofertas de cara al acuerdo con la UE.
En tanto, en el caso de Uruguay, Vázquez -quien al comienzo de su primer mandato (2005-2010) había incluso esbozado la posibilidad de un TLC con EEUU que fue rechazado por su partido-, observa una caída continua de las exportaciones a la que debe buscar remedio.
Las ventas uruguayas al exterior bajaron por quinto mes consecutivo en abril (9,87% medidas en dólares) con relación a igual mes del año anterior, según datos de la Unión de Exportadores, acumulando una caída de 4,41% en el primer cuatrimestre.
Peor aún, según el Instituto Uruguay XXI (público-privado), las ventas uruguayas al Mercosur se redujeron 6,8% en lo que va del año.
Así las cosas, con un Mercosur estancado, el presidente uruguayo apuesta a que el cambio de tesitura en Brasilia permita romper el corset que el grupo se autoimpuso.
La clave, repite el canciller uruguayo, está en aumentar la flexibilidad entre los socios y que cada uno negocie a su propio ritmo.
"Puede hacerse un movimiento que permita que los países tengan velocidades distintas" de negociación, coincidió el ministro brasileño Monteiro en entrevista con la AFP.
Fuentes al tanto de las conversaciones entre los socios señalaron a la AFP que hay acuerdo entre las partes para que este cambio se realice sin modificar la normativa interna del Mercosur.
Brasil acaba de firmar esta semana acuerdos de inversión y cooperación con China por un monto potencial que supera los 50.000 millones de dólares.
Foto: AFP
Titulares por email