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Renuncia jefe del Banco Central argentino en medio de turbulencias financieras

El presidente del Banco Central de Argentina, Juan Carlos Fábrega, renunció tras la denuncia de la presidenta Cristina Kirchner sobre un complot contra el gobierno con operaciones especulativas que atentan contra el peso, en medio de turbulencias financieras y cambiarias.

01/Oct
2014
Se tomó el buque

Se tomó el buque

(Buenos Aires/AFP) Monte Carlo/ EL

Fábrega, un veterano cuadro de la banca oficial, será reemplazado por Alejandro Vanoli, director de la Comisión Nacional de Valores (CNV), la entidad reguladora del ámbito bursátil, cuyo índice líder Merval se desplomó este miércoles 8,22% bajo la influencia de una tensión creciente.

El Merval cerró en 11.516,28 puntos, a raíz de que los operadores sintieron que el piso cedía bajo sus pies tras el mensaje de Kirchner de que hay una confluencia de intereses internos y externos para derrocarla, que involucra a banqueros, fondos especulativos y exportadores.

El monto transado en acciones fue de 381,5 millones de pesos (45 millones de dólares) y en el panel general se registraron siete subas, 68 caídas y cinco papeles sin cambios.

Kirchner también había insinuado una acusación indirecta al manejo del Banco Central cuando dijo que en operaciones en moneda extranjera "parece que se filtró información, porque hubo bancos con información privilegiada que cuando todos compraban dólares, ellos vendían".

"Quieren voltear al gobierno con ayuda extranjera. Y si me pasa algo, después de las amenazas recibidas, no miren hacia Oriente, miren hacia el Norte (Estados Unidos)", declaró Kirchner el martes en la Casa de Gobierno.

La presidenta denunció en su reciente visita al papa Francisco en Roma que policías le advirtieron de supuestas amenazas de muerte de activistas del grupo Estado Islámico (EI), pero ahora corrigió el origen de la intimidación y dijo que viene "del norte", con "un ataque a la soberanía argentina" por avalar un fallo judicial emitido este año en favor de fondos especulativos con títulos en mora.

La caída de Fábrega, que había asumido en 2013 y convalidó en enero una devaluación de 18%, se produce en momentos en que la situación de la economía se tornó más delicada por la escasez de dólares, una inflación de casi el 40% y un conflicto que arde en los tribunales de Nueva York.

La desconfianza se instaló en julio cuando el gobierno depositó 539 millones de dólares de un vencimiento de su deuda reestructurada con el 93% de los acreedores y un juez neoyorquino, Thomas Griesa, bloqueó los fondos.

Griesa tomó la decisión en represalia por el incumplimiento argentino de una sentencia suya de pagarle a fondos especulativos que en la jerga financiera se conoce como "buitres" el 100% de una deuda en mora por 1.330 millones de dólares.

Los fondos pertenecen al 7% de acreedores que rechazó los canjes de 2005 y 2010, remanente que el gobierno de Estados Unidos considera que Buenos Aires debe superar mediante un arreglo extrajudicial o una negociación directa bajo la supervisión del juez.

Ante la imposibilidad de cobro por los bonistas, calificadoras internacionales de riesgo pusieron a Argentina en "default selectivo".

Dentro de un mes vence el plazo de gracia para otro vencimiento por 161 millones de dólares, pero el gobierno los acaba de depositar en una cuenta en Buenos Aires a raíz de que el dinero iba a ser de nuevo congelado en el Bank of New York.

Kirchner logró que el Congreso aprobara crear la cuenta de pago en Buenos Aires, o en su defecto en París, para demostrar voluntad de pago, luego de haber abonado desde 2003 más de 190.000 millones de dólares en capital e intereses de la deuda con acreedores públicos y privados.

Ante la conducta argentina de evitar el pago simultáneo a fondos y a bonistas, como lo dice en su sentencia, Griesa declaró al país en desacato, pero sin tomar sanciones, en una situación inédita en la historia financiera.

La economía argentina atraviesa por un cuello de botella, a causa de que las reservas del Banco Central rondan los 28.000 millones de dólares, casi la mitad de los que tenía en 2011 cuando fue reelegida Kirchner, cuyo mandato vence en 2015.

En enero del año próximo, Argentina considera que podrá negociar un acuerdo con los fondos litigantes en Nueva York, cuando venza una cláusula de los contratos de los canjes que impide dar un beneficio a un acreedor sin extenderlo al resto.

Si Argentina tuviera que afrontar el 100% de la deuda reestructurada, debería desembolsar más de 120.000 millones de dólares, cuatro veces más que las reservas, por lo que considera al fallo de Griesa de imposible cumplimiento.

 

FOTO: NOTICIAS ARGENTINAS

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