Personal de Bomberos ubicó debajo de una planchada los restos del trabajador de la fábrica LANCO, que permanecía desaparecido desde el inicio del incendio.
Mauricio Cartaya de 38 años, fue la única víctima fatal del potente incendio y se lo consideró fallecido inmediatamente, porque trabajaba en el área de refinado de grasas donde se registró una explosión.
El local de unos 80 metros cuadrados, donde se desempeñaba, colapsó como consecuencia de las elevadas temperaturas y las numerosas explosiones de productos inflamables.
Foto. Unicom
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