Nacionales

05/Oct
/2015

MIDES afirmó que la población de Uruguay está envejeciendo gradualmente

Las personas mayores de 64 años en Uruguay son aproximadamente 484.400 personas. El 87% de ellas son personas que están entre los 65 y los 84 años de edad. El 60% son mujeres.

Viejo mi querido viejo

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La cartera de estado expresó que la población de Uruguay gradualmente se está envejeciendo. En la actualidad, la población de 85 años o más equivalen al 13,2% del total de habitantes en el Uruguay. Hace 19 años atrás, eran el 9,6%.

Según las cifras dadas a conocer por el Ministerio, el dato más significativo es que 64% de los hombres mayores de 64 años está casado, mientras que las mujeres casadas en la misma franja etaria son el 32.5%. En cuanto a la viudez, el 46% de las mujeres mayores de 64 está en esta condición, mientras que en hombres solo son un 13%.

En uno de cada tres hogares vive una persona  de 65 años y más. Asimismo, en una de cada 10 vive  alguien de 80 años y más. Seis de cada diez personas mayores viven en hogares en los que probablemente no se conviva con personas de otras generaciones. El arreglo familiar más frecuente es de personas mayores que viven en pareja sin hijos y equivale a un 33,6%. de los hogares.

Otro aspecto importante para la vida de las personas es la seguridad económica. Mirado desde la tasa de actividad, el 16,4% de las personas mayores de 64 años se mantienen en actividad laboral. El problema mayor es que casi el 62% de estas personas no están registradas a la seguridad social.
Un 37,6% de los hogares uruguayos tiene como jefe o jefa de hogar a una persona mayor. Este dato rompe con el estereotipo de que la vejez se asocia a la dependencia económica y social.

Al analizar las pensiones y jubilaciones de las personas mayores, se aprecia una diferencia entre hombres y mujeres. Mientras que un 84% los hombres mayores de 64 años están jubilados, las mujeres alcanzan el 62%. Por otra parte,  los varones mayores de 64 años que son pensionistas apenas alcanzan el 8% y  las mujeres pensionistas equivalen al 52%.
Estos datos muestran cómo el modelo de vida tradicional (el hombre trabaja mientras que la mujer se dedica a los cuidados del hogar), repercute a la hora del retiro de la actividad laboral.

Los avances en materia sanitaria han contribuido al incremento de la esperanza de vida al nacer. Las enfermedades crónicas no transmisibles cobraron un peso significativo dentro de las causas de defunción a raíz del desplazamiento de la mortalidad hacia las edades avanzadas.

En cuanto a la prevalencia de las limitaciones, se incrementan con la edad. Son más frecuentes en mujeres que en varones, siendo un 52,7% en mujeres frente a un 43,2% en hombres. Las limitaciones para ver y caminar se presentan con mayor frecuencia, mientras que las limitaciones para oír y entender lo hacen en proporción menor. Las limitaciones severas, afectan al 3,2% de las mujeres y al 2,3% de los hombres.

 

FOTO: ARCHIVO

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