Según fuentes de la Policía Técnica, su cuerpo había sido impactado por seis balas, una de ellas en la cabeza. El auto Volkswagen en que viajaba, un modelo moderno de color blanco con matrícula de San José, dejaba ver los agujeros de tres balazos.
La víctima fatal se había trasladado al lugar a encontrarse con un amigo que poco antes lo habría llamado por teléfono, según contaron a El País familiares del occiso que estaban en el lugar del crimen. Durante los peritajes del procedimiento no se encontró que estuviera armado.
Silvera residía en el barrio La Paloma al igual que las personas de su entorno más cercano. Una vecina del sitio en donde fue abatido dijo a éstas que había presenciado todo lo sucedido, pero no quiso hablar con la prensa.
La pareja de Silvera estaba allí, embarazada del primer hijo que ambos esperaban. También la madre, ambas sobrepasadas por el suceso inesperado.
Otros familiares, todas mujeres, la gran mayoría jóvenes, culpaban a quien llamaron "el Gordo R.", el supuesto amigo que lo habría convocado a la cita mortal. Agregaron que más de un delincuente sorprendieron a Silvera. Tres habrían aparecido y fugado en motos.
FOTO:ARCHIVO
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