Internacionales

24/Abr
/2016

Todo va mal en Brasil a 100 días de los Juegos de Rio-2016

A 100 días del comienzo de los Juegos de Rio de Janeiro, los estadios están listos para recibir a los dioses del Olimpo, pero a su alrededor crece la preocupación por el descenso a los infiernos de Brasil, asfixiado por una gravísima crisis política y económica.

Todos los focos apuntan ahora a Brasilia, mientras los trabajos finales para la preparación de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica son vistos con indiferencia.

El terremoto político que sacude al gigante latinoamericano ha relegado a un segundo plano las preocupaciones por los atrasos en las obras del metro, la amenaza del virus zika o la contaminación de la espectacular bahía donde se celebrará la competencia de vela.

¿Ganará el rey del atletismo mundial, Usain Bolt, las últimas medallas de oro de su carrera bajo la bendición del Cristo Redentor?

Pero lo que ahora se preguntan los brasileños es si será la impopular presidenta Dilma Rousseff, al borde de la destitución, o su vice "conspirador", Michel Temer, quien declare abiertos los Juegos Olímpicos el 5 de agosto en el legendario estadio Maracaná, ante centenas de millones de telespectadores de todo el mundo.

¿La inestabilidad política, la crisis económica, la imprevisible evolución del enorme escándalo de corrupción de Petrobras y el mal humor de los ciudadanos, empañarán la gran fiesta del deporte?

A pesar del discurso tranquilizador del Comité Olímpico Internacional (COI) y de las autoridades, la inquietud es palpable.

El 2 de octubre de 2009 en Copenhague, cuando Rio fue seleccionada sede olímpica, los delegados del COI poco podían imaginar que siete años más tarde la joven democracia brasileña atravesaría su peor crisis política desde el fin de la dictadura en 1985 y la más profunda recesión económica desde la década de 1930.

 

AFP

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