Lippi, de 68 años, llega en sustitución de Gao Hongbo, que dimitió el 11 de octubre luego de una derrota por 2-0 ante Uzbekistán en la fase de clasificación para Rusia-2018.
El prestigio del técnico italiano es inmenso, pero la tarea que le espera no lo es menos.
China, 84ª selección del mundo, es última en la llave A de la zona Asia, por detrás de Irán, Uzbekistán, Corea del Sur, Siria y Catar.
El presidente del país, Xi Jinping, gran aficionado al fútbol, prometió hacer todo lo posible para que China participe en la competición, organice el torneo, y consiga algún día proclamarse campeona del mundo.
Pero por el momento, Lippi debe enderezar el rumbo en la fase de clasificación y mejorar el nivel de la selección del país, como ya hiciera entre 2012 y 2014 con el Guanghzou Evergrande.
Bajo sus órdenes, el club del grupo inmobiliario Evergrande había conquistado tres títulos consecutivos de campeón de China y una Liga de Campeones de Asia, la primera desde 1990 para China.
Foto. AFP
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