A nivel mundial, son más de 200 las vacunas en distintas fases de desarrollo, frente a COVID-19. Estas utilizan diferentes tecnologías:
A nivel personal, la vacunación puede evitar enfermar de COVID-19. En los ensayos clínicos se observó que las personas que recibían la vacuna tenían muchas menos posibilidades de padecer la enfermedad, incluida la enfermedad severa (casos graves y/o fatales).
A nivel poblacional, al reducirse el número de personas susceptibles a la enfermedad, disminuirá el número de personas que enferman. Cuanto mayor sea el porcentaje de población inmunizada, menor será la probabilidad de que el resto de las personas, en particular las más vulnerables, se expongan al virus.
Significa que estas vacunas han demostrado prevenir la enfermedad en ensayos clínicos. En estos estudios, el número de casos de COVID-19 fue menor en el grupo de personas que recibió la vacuna comparado con el grupo de personas que no la recibió.
Las vacunas autorizadas en la actualidad requieren 2 dosis para que la protección sea máxima, estas deben estar separadas por intervalos interdosis diferentes, según el tipo de vacuna.
No. Tras la administración de una vacuna se requiere cierto tiempo para que el organismo desarrolle la protección frente al virus. Además, ninguna vacuna es 100% eficaz, es decir, algunas personas pueden no generar una respuesta inmune protectora frente a la enfermedad a pesar de ser vacunadas.
Hasta que una proporción importante de la población esté vacunada es muy importante que todas las personas, tanto las vacunadas como las no vacunadas, sigan manteniendo las medidas de prevención sin cambios:
El surgimiento de variantes del virus SARS CoV 2 agrega una nueva interrogante sobre la eficacia que tendrán las vacunas desarrolladas al momento actual, con la mejor evidencia disponible. Aún la información es escasa para determinar cuál será el impacto. La recomendación es continuar con las indicaciones actuales de vacunación. La monitorización de estas variantes es fundamental. En Uruguay se está vigilando activamente la aparición de variantes genómicas en el país.
Si. Si bien, luego de cursar la infección, la mayoría de las personas adquieren protección, pero la misma no persiste a lo largo del tiempo. Se ha estimado una duración de 6 meses aproximadamente. Además, se han observado casos de reinfección. Es muy probable que la vacunación ofrezca una protección más potente y duradera que la propia infección. Además, la vacunación es igualmente segura en las personas que han padecido la enfermedad.
Por tanto, se recomienda vacunar a las personas que padecieron COVID - 19 luego de 6 meses de transcurrida la misma.
Lo que se ha demostrado fundamentalmente en los estudios clínicos es que las vacunas previenen la enfermedad con síntomas. Falta información acerca de si la vacunación impedirá que las personas que estén vacunadas se puedan infectar y, aunque no enfermen, puedan transmitir el virus a otras personas. Tampoco se conoce con exactitud cuánto dura la inmunidad luego de las vacunas. Este constituye otro motivo por el cual las personas vacunadas deben continuar usando las medidas de prevención no farmacológicas como las mascarillas y el distanciamiento físico al igual que las no vacunadas.
Están contraindicadas en personas con historia de haber tenido reacciones alérgicas graves (por ejemplo, anafilaxia) a algún componente de la vacuna contra COVID-19.
En personas con alergias a otras vacunas o medicamentos con otros componentes diferentes no presentes en las vacunas contra COVID-19, no están contraindicadas. Tampoco está contraindicada en personas con alergias alimentarias, a animales, insectos, alérgenos del ambiente, látex u otras alergias.
Se considera una precaución para esta vacunación a aquellas personas con historia de alergia grave (anafilaxia) de cualquier causa o antecedente de reacción alérgica inmediata a cualquier otra vacuna o terapia administrada por vía intramuscular.
Se recomienda una observación de por lo menos 15 minutos tras la vacunación y en el caso de alérgicos que sea de 30 minutos.
La seguridad es un punto fundamental para las vacunas. Durante el proceso de desarrollo y autorización, la seguridad de las vacunas es uno de los aspectos más estudiados. La seguridad también se vigila de forma estrecha cuando comienzan a ser utilizadas en forma masiva en la población.
Como todas las vacunas, las vacunas frente a COVID-19 se han probado en personas mediante la realización de ensayos clínicos en diferentes fases, que incluyen su uso en decenas de miles de personas (fase III). En estos estudios se identifican las reacciones adversas más frecuentes ya corto plazo, y se mantendrá la vigilancia por dos años.
Una vez los ensayos clínicos muestran que una vacunación segura y eficaz, debe someterse además a una evaluación exhaustiva por las Agencias Reguladoras de Medicamentos de distintas partes del mundo antes de su autorización para su administración. En la actualidad, ya se cuenta con datos de seguridad de decenas de miles de dosis aplicadas hasta el momento en diferentes países, que confirman el adecuado balance beneficio riesgo.
Si bien la mayoría de las vacunas llevaron años para su desarrollo, con las vacunas contra COVID-19 hubo una conjunción de acontecimientos que llevaron a lograr una vacuna en tiempo record:
Como todas las vacunas, pueden producir reacciones adversas leves, como fiebre o dolor en el lugar de la inyección o, con mucha menor frecuencia, otras más graves como anafilaxia.
El dolor en el sitio de la inyección, es una reacción muy frecuente en las primeras 24-48 horas tras la vacunación. Si amerita, se puede tomar algún antiinflamatorio oral (ibuprofeno paracetamol, etc.) y aplicar frío local. Si aparece alguna otra reacción adversa puede consultar con su prestador de salud o a través de la aplicación (app) Coronavirus de los teléfonos móviles desde donde la información será canalizada al prestador de salud y de éstos al MSP.
Aunque no parece que haya problemas en vacunarse durante el embarazo, no hay datos suficientes para garantizar su seguridad en esta situación, por lo que, por precaución, actualmente se recomienda no vacunar a las embarazadas, excepto si existe un riesgo muy alto de exposición al virus y/o de complicaciones de la enfermedad (por ejemplo, trabajadoras de la salud, obesidad, diabetes preexistente, etc).
Si se está planificando un embarazo, hasta contar con más evidencia, se recomienda un intervalo de 2 a 4 semanas entre la vacunación y el embarazo.
En las mujeres que están amamantando, si forman parte de un grupo de alto riesgo de contagio (por ejemplo, trabajadoras de la salud con alta exposición) o alto riesgo de complicaciones (por enfermedades previas) se recomienda la vacunación. No se recomienda suspender la lactancia posterior a la vacunación.
La vacunación será escalonada, según poblaciones de riesgo priorizadas de mayor riesgo de exposición a la infección, edad, riesgo de infección más grave y número de vacunas disponibles en el país. Esta información será oportunamente comunicada a toda la población.
No. La vacunación es voluntaria.
No. Todas las vacunas contra COVID 19 que vienen siendo aprobadas por los organismos internacionales y las autoridades regulatorias cumplen con criterios de eficacia y seguridad.
En caso que se use más de un tipo de vacuna, la selección de cuál vacuna para qué grupo de personas es un análisis a cargo de expertos en el tema.
No. Se debe completar el esquema vacunal con el mismo tipo de vacuna. No hay datos que demuestren intercambiabilidad entre diferentes marcas de vacunas. Al momento de agendarse automáticamente se reservan las dos dosis. Por eso es importante concurrir en las fechas asignadas por la agenda.
Por el momento las vacunas se han autorizado para su uso en mayores de 16 a 18 años dependiendo del tipo de vacuna. Se están llevando a cabo ensayos clínicos con diferentes vacunas que incluyen niños, pero a la fecha no hay datos que avalen su uso en estas edades y por lo tanto su autorización. En Uruguay se utilizarán a partir de los 18 años.
No. Como para cualquier otro procedimiento, estas situaciones requieren de medidas de aislamiento y no deben concurrir a vacunarse hasta que tengan el alta médica. Se podrán vacunar cuando hayan transcurridos 6 meses a partir de la enfermedad.
Si. Si bien la información en este grupo de personas es aún escasa, no existen contraindicaciones para ello. Ninguna de las vacunas disponibles es de virus de SARS CoV 2 vivos atenuados por lo que no existe riesgo en este sentido.
Es posible que la protección alcanzada en algunos pacientes con inmunodepresión sea menor a la de personas inmunocompetentes.
El intervalo mínimo recomendado entre la vacuna de COVID 19 y otra vacuna es de 14 días
Si bien no existe ninguna contraindicación para vacunar a una persona con COVID 19, se debe diferir la vacunación hasta la completa recuperación según criterios preestablecidos.
La campaña de vacunación antigripal se hará este año como se viene haciendo anualmente. Se recomendará en los grupos que se priorizan todos los años, con especial énfasis en niños y embarazadas. Los otros grupos que tienen indicaciones tanto para vacuna antigripal como contra COVID 19 deberán seguir los intervalos entre ambas vacunas recomendados.
Foto: Presidencia, archivo
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