Más de 800 agentes han formado parte del operativo policial para desarticular una red a la que, entre 2019 y 2022, se le han intervenido 3.210 kilos de cocaína en diferentes países y 200 kilos en España introducidos a través del puerto de Algeciras (Cádiz), según ha comunicado este viernes la Policía Nacional.
Además de los 13 arrestados en España --siete en Málaga, dos en Barcelona, dos en Madrid, uno en Cádiz y uno en Valencia-- hay otros 18 detenidos en Ecuador y uno en Reino Unido.
La investigación, sufragada con fondos de la Comisión Europea, permanece abierta y se inició en 2020 al detectar en España a un empresario italiano, de origen argentino y asentado en Marbella (Málaga), que controlaba compañías dedicadas a la producción y exportación de plátanos desde Ecuador a Europa, así como centros deportivos en Marbella, centros comerciales en Granada y negocios de hostelería y ocio nocturno, sobre las que se detectaron indicios de financiación oculta detrás de una apariencia mercantil legal.
Agentes de las unidades antidroga y expertos policiales en la lucha contra el blanqueo descubrieron vínculos entre el investigado y el tráfico de drogas por mar. Así se comunicó a la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional, que asumió la investigación hasta que se hizo cargo posteriormente el Juzgado Central de Instrucción nº 1 de la propia Audiencia Nacional.
Dada la complejidad de la investigación, se acudió a la cooperación internacional, coordinada a nivel judicial por la Fiscalía Especial Antidroga y a nivel policial por EUROPOL. También se pidió la colaboración de los consejeros de Interior de España en Ecuador y Rusia, y los agregados de Interior en Albania, Bélgica, Países Bajos y Turquía.
Esta organización criminal era dirigida presuntamente por un ciudadano albanés asentado en Ecuador y por el empresario italiano residente en Marbella, quienes dirigían empresas productoras y exportadoras de fruta desde Ecuador a todo el mundo, con un volumen de negocio de cientos de contenedores exportados anualmente.
Gracias a este negocio, apunta la Policía, disfrutaban de una holgada situación económica que les permitía un alto nivel de vida y gastos millonarios, como comprar inmuebles en lugares exclusivos de Marbella, Guayaquil o Dubái, o abrir nuevas vías de negocios, tales como el ocio nocturno o el deportivo.
Para ocultar la cocaína en los contenedores de fruta, tenían la colaboración de personal en los puertos o de empresarios dedicados a la importación de fruta, que simulaban una relación lícita de comercio para introducir la droga en sus países.
EP/via dpa
Fot Crédito: POLICÍA NACIONAL / Europa Press
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