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(Washington/AFP) Monte Carlo - MDS
Los tres fueron extraditados desde Montenegro en los Balcanes y comparecieron ante una corte en Washington.
El Departamento de Justicia dijo en un comunicado que los tres sospechosos planeaban entregar una gran cantidad de armas militares a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el principal grupo guerrillero en el país.
Las FARC mantienen conversaciones de paz con el gobierno de Colombia en La Habana desde noviembre de 2012.
Estados Unidos considera las FARC una organización terrorista y tiene personal desplegado en Colombia como parte de su lucha contra el narcotráfico.
Los sospechosos fueron identificados como Cristian Vintila, de 44 años, Massimo Romagnoli, de 43, y Virgil Flaviu Georgescu, de 42. Los tres fueron arrestados en diciembre pasado.
La fiscal Preet Bharara del distrito sur de Nueva York dijo que "estos tres hombres eran comerciantes de la muerte listos y dispuestos, que estaban a punto de vender armas sofisticadas a una organización terrorista".
"Además se presume que conspiraron para vender armas con el conocimiento de que se usarían para derribar aviones estadounidenses y matar a oficiales estadounidenses", dice el texto.
"Una vez más elogiamos los esfuerzos de la DEA para detener el flujo de armas letales que podrían haber sido dirigidas contra agentes estadounidenses y para disuadir a los traficantes de armas que quieran dañar a Estados Unidos", añadió Bharara, en referencia a la Agencia antidrogas de Estados Unidos.
Se presume que Vintila y Georgescu operaban desde Rumania, y Romagnoli estaba en Europa, pero el comunicado no aclara dónde estaba basado este último.
Entre mayo y octubre de 2014, Vintila, Romagnoli y Georgescu conspiraron para vender un arsenal de armas, incluidos una ametralladora y cañones antiaéreos, con el conocimiento de que terminarían en manos de las FARC para ser usadas contra Estados Unidos, añade el texto.
Los hombres acordaron vender las armas a tres fuentes confidenciales que trabajan para la DEA. Las fuentes dijeron que estaban comprando esas armas para las FARC, según el documento de la Justicia.
Los sospechosos acordaron entregar las armas a las fuentes con el conocimiento específico de que serían usadas para matar a oficiales y empleados estadounidenses y además derribar helicópteros y aviones, añade el texto.
Si son hallados culpables de uno de los cargos que pesan en su contra - conspiración para matar a oficiales o empleados estadounidenses - los acusados podrían ser condenados a cadena perpetua.
Foto: AFP
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