Poco después de las 13.00 hora local (19.00 GMT), al finalizar su primer discurso tras asumir el cargo, el izquierdista salió del Palacio Legislativo de San Lázaro, rodeado de una marea humana que lo hizo avanzar con una cierta dificultad.
Subió a bordo de su vehículo privado, un Volkswagen Jetta blanco, y se dispuso a recorrer los aproximadamente dos kilómetros que separan el Congreso de la plaza principal de la Ciudad de México, el Zócalo.
A lo largo del recorrido, López Obrador no dejó de saludar, sacando el brazo por la ventanilla, a las personas que se dispusieron a ambos lados de las avenidas para celebrar con él su llegada al poder.
Destacó la poca seguridad que se vio durante el trayecto, dado que únicamente dos agentes lo escoltaban, corriendo de forma paralela al auto.
Los esfuerzos de los policías capitalinos de tránsito que llegaron a continuación no pudieron frenar los intentos de los ciudadanos para acercarse al nuevo presidente y tomar una foto o únicamente saludarlo.
Foto e información: EFE
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