La idea fue iniciada durante la gestión del fallecido ministro Jorge Larrañaga.
El recluso facturará mediante una empresa que deberá crear para realizar aportes al BPS, pero no podrá manejar dinero.
Una parte de las ventas será destinada a sus familiares y la otra la recibirá cuando recupere la libertad.
Con esto “se quiere cambiar el concepto de trabajo en las unidades carcelarias”, dijo el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, Santiago González.
Foto: AFP, archivo.
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