“A veces íbamos a casa de una tía por la noche, porque en Buenos Aires y en nuestra familia no había costumbre en esa época de celebrar la Nochebuena como hoy. Se celebraba el día 25, siempre con los abuelos. Recuerdo una vez una cosa curiosa: llegamos y mi abuela todavía estaba haciendo cappelletti, los hacía a mano. ¡Había hecho 400! ¡Quedamos asombrados! Allí estaba toda nuestra familia: también vinieron tíos y primos", recordó Francisco en una entrevista publicada por "La Repubblica" y "La Stampa".
Sobre en quién pensará en estos días, el papa no dudó: "En los pobres, siempre. Como Jesús, que nació pobre: ese día María era una mujer de la calle, porque no tenía un lugar adecuado para dar a luz. Y luego pienso en todos los olvidados, los abandonados, los últimos y, en particular, los niños abusados y esclavizados. Me hace llorar y enojarme al escuchar las historias de niños y adultos vulnerables que son explotados. Y luego, pienso en los niños enfermos que pasarán la Navidad en el hospital, no hay palabras, solo podemos aferrarnos a la fe, a Dios, y preguntarle: ¿Por qué?".
El papa dijo a los padres que tienen a los hijos fuera de los hospitales que "no olviden lo afortunados que son". "Abrazadlos con fuerza y pasen más tiempo" y mostró su admiración y agradecimiento por los médicos y personal sanitario que cada día intentan "paliar el sufrimiento de esos pequeños".
Jorge Bergoglio aseguró además que le encantan los villancicos porque "están llenas de poesía".
Foto y datos: EFE
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