De esta forma, termina el primer día de Cónclave, que ha dado comienzo a las 10:00 horas, con la Misa Pro Eligendo Romano Pontífice, celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano, presidida por el cardenal decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, y concelebrada por 220 cardenales, electores y no electores, entre los cuales se encontraba, aún sin saberlo, el 267 Papa de la historia de la Iglesia universal.
Los cardenales volverán a reunirse este jueves por la mañana para realizar dos votaciones más y en caso de que ningún cardenal obtenga los dos tercios de lo votos, saldrá la segunda fumata negra sobre las 12:30 horas. En este caso, por la tarde, volverán a encerrarse en la Capilla Sixtina donde tendrán lugar dos escrutinios más, al final de los cuales, si ninguno resulta positivo, saldrá la tercera fumata negra.
Si, por el contrario, en alguna de las votaciones de este jueves algún cardenal consigue la mayoría cualificada de dos tercios (89 votos) entonces la fumata blanca se podría adelantar y salir, o bien a partir de las 10:30 y de las 12:30 horas, por la mañana, y sobre las 17:30 horas o las 19:00 horas, por la tarde.
En caso de que al final del segundo día de Cónclave, la sede siga estando vacante, los cardenales se retirarán una vez más a la Casa Santa Marta. Los días siguientes, se seguirá el mismo proceso de votación y si al tercer día aún no ha salido la fumata blanca, los cardenales tendrán un día de pausa para la oración y el libre coloquio.
Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, según el Motu Proprio publicado por Benedicto XVI, los cardenales podrán elegir entre los dos más votados en el último escrutinio aunque no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" los dos tercios de los votos.
Durante todo el proceso, los 133 cardenales deberán cumplir con el juramento realizado este miércoles según el cual se comprometen a "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno promete, en caso de ser elegido, desempeñar fielmente el 'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.
El cardenal decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, ha felicitado al cardenal Pietro Parolin, uno de los favoritos para suceder al Papa Francisco, durante la homilía de la Misa pro Eligendo Romano Pontefice, que se ha celebrado este miércoles en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
"Auguri e doppi", ha dicho el cardenal Re, durante el saludo de la paz al cardenal Pietro Parolin. La felicitación se ha podido escuchar a través de los micrófonos en la retransmisión difundida por el portal oficial del Vaticano.
En este momento, ambos han intercambiado una sonrisa y un abrazo, un gesto que ha suscitado la curiosidad de los medios de comunicación. Según el diario italiano 'La Repubblica', este saludo doble podría referirse a que Parolin entra en el Cónclave como elector y, al mismo tiempo, asume su liderazgo en lugar de Re, que al tener 91 años no puede acceder a la Capilla Sixtina para votar.
Los candidatos a suceder al Papa Francisco
El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, emerge como una figura central y uno de los favoritos. Su dilata experiencia diplomática y su papel en la administración de la Santa Sede le otorgan un perfil de estadista, capaz de navegar las complejidades del mundo contemporáneo. Su moderación y habilidad para el diálogo podrían ser claves en un momento de polarización global.
Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, representa una corriente pastoral centrada en la justicia social. Su cercanía a la Comunidad de Sant’Egidio y su mediación en conflictos internacionales le han ganado reconocimiento. Su enfoque en los vulnerables y su llamado a la solidaridad resuenan con quienes buscan una Iglesia comprometida con los desafíos del presente.
El actual Patriarca de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, añade una perspectiva crucial desde el corazón del conflicto en Tierra Santa. Su conocimiento de la región y su capacidad para dialogar con diferentes religiones lo convierten en una voz relevante en un mundo marcado por la división.
Saliendo de Italia, la dimensión global de la Iglesia se refleja en la presencia del cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo emérito de Manila y actual Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización. Su carisma y su capacidad para dialogar con diversas culturas lo convierten en un puente entre la tradición y la modernidad, representando a creciente influencia del catolicismo asiático.
Peter Erdő, arzobispo de Budapest, aporta una sólida formación teológica y experiencia en el diálogo ecuménico. Su liderazgo en eventos internacionales y su capacidad para construir puentes entre diferentes confesiones lo sitúan como un candidato con un perfil intelectual y diplomático.
El cardenal Peter Turkson, de Ghana, quien lideró el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, se destaca como un defensor de la justicia social y el desarrollo sostenible. Su voz resuena en temas de ecología, pobreza y derechos humanos, presentando una opción para quienes buscan un pontificado enfocado en la doctrina social de la Iglesia. Su posible elección representaría un hito histórico, al ser el primer Papa africano en más de mil años. Sin embargo, su edad avanzada podría ser un factor limitante en un cónclave que podría inclinarse por candidatos más jóvenes.
En el ala conservadora, el cardenal Raymond Leo Burke, de Estados Unidos, se erige como un crítico de las reformas de Francisco. Su postura tradicionalista y su énfasis en la doctrina podrían atraer a quienes buscan un retorno a una Iglesia más rígida. No obstante, su perfil polarizante y su influencia limitada dentro del colegio cardenalicio podrían obstaculizar su elección.
En Canadá, el cardenal Marc Ouellet, ex prefecto del Dicasterio para los Obispos, representa una conexión con el papado de Benedicto XVI. Su experiencia en la selección de obispos y su conocimiento de la estructura eclesial son activos valiosos. Sin embargo, su avanzada edad podría ser un obstáculo en un cónclave que busca un liderazgo prolongado.
Robert Sarah, de Guinea, ex-prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, comparte con Burke una visión conservadora. Su defensa de la liturgia tradicional y su crítica a las reformas de Francisco lo sitúan como un posible líder para quienes anhelan una Iglesia centrada en la doctrina y la disciplina. Al igual que Ouellet y Turkson, su edad podría ser un factor determinante.
España, con cinco cardenales electores, también juega un papel relevante en la sucesión papal. Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y expresidente de la Conferencia Episcopal Española, destaca por su cercanía al papa Francisco y su respaldo a las reformas. Su enfoque pastoral progresista lo convierte en un candidato con potencial.
Por otro lado, Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid, es reconocido por su influencia y su afinidad con las ideas de Francisco. Su capacidad para conectar con las personas podría ser un activo valioso.
Cabe agregar que la elección del próximo Papa, no se reduce a una simple lista de candidatos. El cónclave es un proceso complejo, donde la voluntad de los cardenales electores, influenciada por sus propias experiencias, sensibilidades y la búsqueda de la guía divina, determinará el futuro liderazgo de la Iglesia Católica.
Datos: EP vía DPA / Fotos: @vaticannews
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