
El organismo ha detallado que este último "incidente trágico" implicó a una embarcación, en la que viajaban 49 migrantes, que salió el 3 de noviembre de las costas de la ciudad libia Zuwara. Unas seis horas después, un fallo del motor y las fuertes olas provocaron el hundimiento de la barca.
Las autoridades libias lanzaron el 8 de noviembre una operación de búsqueda y rescate que permitió hallar con vida a siete personas --cuatro de Sudán, dos de Nigeria y una de Camerún--, mientras que 42 --29 de Sudán, ocho de Somalia, tres de Camerún y dos de Nigeria-- siguen desaparecidas y se asume que estarían muertas.
"Un equipo de la OIM dio atención médica de emergencia y alimentos a los supervientes tras su llegada al punto de desembarque, en coordinación con las autoridades relevantes", ha dicho el organismo, que ha recordado que el suceso llega pocas semanas después de otros hundimientos frente a Surman y Lampedusa, lo que "subraya los persistentes peligros a los que hacen frente los migrantes y los refugiados" en esta ruta.
Por ello, ha hecho hincapié en que este último hundimiento en el Mediterráneo central "refuerza la urgente necesidad de una cooperación regional fortalecida, una expansión de los caminos seguros y regulares para la migración y unas operaciones de búsqueda y rescate más efectivas para evitar una mayor pérdida de vidas".
Fuente y foto: DPA




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