La Policía incautó más de una tonelada de carne en Artigas

El propietario de la misma sería un hombre de 66 años que figura en los registros de dicha oficina, pero en una dirección de la calle 18 de julio donde hay un kiosco, según informó el Ministerio del Interior.

Por otra parte, la carnicería sí posee habilitación del Instituto Nacional de Carnes.

Este hombre recibiría en su casa carne de dudosa procedencia por parte de otro de 57 años que, posteriormente, comercializaba en dicha carnicería, la mercadería podría estar vinculada a hechos de abigeato y faena clandestina y, además, no sería transportada en las condiciones adecuadas para el traslado de alimentos.

Posteriormente, los efectivos policiales realizaron una inspección al comercio junto a personal de Bromatología.

Una vez allí, personal de la Intendencia notificó al propietario para que regularice su situación. Consultado respecto a la procedencia de la carne, manifestó que la compraba en un comercio y que los productos cárnicos (milanesas y chorizos) eran elaborados en el local.

En tanto, la Policía concurrió luego a un almacén ubicado en la calle Montevideo, propiedad del hombre de 57 años.

Al realizar la inspección se constató que había una habitación destinada a chacinería, la cual contaba con maquinaria acorde para la elaboración clandestina de los productos. La misma se encontraba en condiciones sanitarias de higiene precarias y sin documentación pertinente. 

A su vez, se encontraron aproximadamente 700 kilos de carne, visceras y huesos, alojados en tanques de plástico, sin refrigeración adecuada para su conservación; 150 kilos de carne picada, trozos de carne, grasas y condimentos que serían utilizados para la elaboración de embutidos, los que se encontraban en freezers; y en una cámara frigorífica se encontraron 21 cajas (378 kilos) de menudos de pollo de procedencia brasilera.

En el lugar se hizo presente un veterinario de la Intendencia quien determinó que la carne no era apta para el consumo humano, derivando parte de ella al Bioparque Javier Ferreira para el consumo animal, mientras el resto, dadas las condiciones sanitarias, fue desechado.

El hombre de 57 años fue puesto ante la Justicia y se encuentra emplazado.

Foto: Unicom