Es hoy
"No es momento para estar separados, cuanto más unidos mejor", aseguraba en un barrio alto de Barcelona Mireia Galobart, jubilada de 70 años que teme perder su pensión con la independencia.
"Estoy emocionado y nervioso, hace mucho tiempo que se habla de cómo solucionar este tema y hoy al menos sabremos cuántos hay en cada lado, si somos mayoría o no", decía Toni Valls, arquitecto de 28 años, que votó a la coalición independentista Junts pel Sí (Juntos por el Sí).
"No es un tema económico, es un tema de dignidad y respeto a una cultura distinta que no han conseguido entender" desde el resto de España, añadía.
Unos 5,5 millones de catalanes están citados a votar en esta región que se extiende desde el litoral mediterráneo hasta las altas cumbres de los Pirineos, pasando por las planicies rurales del interior.
Los comicios deben servir para renovar el parlamento y gobierno regionales, pero en el fondo van más allá: apostar o no por un gobierno para constituir en 2017 una república independiente en esta región de 7,5 millones de habitantes.
Ello podría abrir un periodo de fuertes turbulencias en España, que en tres meses celebra unas elecciones legislativas donde el gobierno conservador de Mariano Rajoy tiene mucho en juego.
Después de tres años buscando un referéndum como en Quebec o Escocia hace un año, Mas apostó por celebrarlo mediante estas elecciones. A ellas se presenta con la coalición Junts pel Sí, con independentistas de izquierda y derecha.
Si obtienen junto a la izquierda anticapitalista CUP la mayoría de escaños del parlamento regional (68 de un total de 135) --como predicen los sondeos-- prometen iniciar su proceso secesionista. Y eso incluso si no tienen la mayoría de los sufragios, debido al sistema electoral que prioriza los votos rurales --más nacionalistas-- a los urbanos.
FUENTE/FOTO: AFP
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