Internacionales

02/Nov
/2014

Cruenta lucha por la gobernación de Florida estado clave en EEUU

La elección del gobernador de Florida el próximo martes promete ser de infarto, con ambos candidatos en empate técnico tras una cruenta campaña marcada por el cruce de ataques, en este estado clave norteamericano donde los latinos tienen un peso decisivo.

El futuro en las manos

El futuro en las manos

(Miami/AFP) Monte Carlo/EL

En una esquina, se encuentra el actual gobernador republicano Rick Scott, quien busca la reelección blandiendo como aval la recuperación económica del estado. En la otra, Charlie Crist, un exgobernador que se erige como paladín de la clase media.

Todos los sondeos muestran a los candidatos cabeza a cabeza, con ambos con poco más de 40% de intención de voto.

"Es simplemente muy ajustado y es muy difícil predecir" el resultado, señaló a la AFP Susan MacManus, profesora de Ciencias Políticas de la University of South Florida.

La expectación hace de esta carrera una de las más seguidas en Estados Unidos, que el martes renueva 36 gobernadores, la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Florida reviste especial importancia porque es un estado bisagra, es decir, ni decididamente demócrata ni republicano.

Y tener a un gobernador afín puede resultarle invalorable a los partidos para las presidenciales de 2016, que será decidida por estados como Florida.

La clave del resultado está en la capacidad de movilizar a las bases, por lo que los candidatos no han dejado de recorrer el estado y sus maquinarias buscan los votos puerta a puerta.

La pregunta del millón es cuál será el nivel de participación de los jóvenes, hispanos, negros y mujeres, que suele ser menor cuando la elección no es presidencial.

Estos grupos tienden a favorecer a los demócratas, explica MacMannus.

"Las personas están bastante desencantadas con ambos partidos y nosotros lo que hemos estado haciendo es conversando sobre los temas que les afectan, para que entiendan que el voto es una herramienta que tenemos", dijo a la AFP Serena Pérez, de la organización Nueva Mayoría de la Florida, que impulsa el voto latino.

Los candidatos han coqueteado activamente con los hispanos, con anuncios en español, mítines en zonas de mayoría latina y con la designación de sus compañeros de fórmula: Scott a su actual vicegobernador, Carlos López Cantera, de origen cubano; Crist a la colombiana Annette Tadeo Goldstein.

Uno de los tres debates entre Scott y Crist fue televisado por una influyente cadena hispana doblado al español, para llegar directamente a los latinos, que representan 18,3% de los 11,9 millones de votantes del estado, donde un 24% de la población proviene de América Latina.

Scott, un empresario millonario de 61 años, afirma ser el responsable de la creación de más de 650.000 puestos de trabajo, mientras que Crist, abogado de 58 años que ha pasado gran parte de su vida en cargos públicos, se define como "el gobernador de la gente", enfocado en el bienestar de la clase media.

El tema de Cuba no fue central como antaño en este estado donde vive la mayor parte de la diáspora de la isla, y que Crist haya dicho que rechaza el embargo estadounidense no tuvo mayor eco.

Pero las propuestas de los candidatos han sido ahogadas por una verdadera avalancha de anuncios negativos.

Más de 81 millones de dólares han sido gastados en Florida en anuncios de televisión, 57% negativos, 25% mixtos y apenas 18% con mensajes positivos, según la organización Center for Public Integrity, que estudia las campañas.

Scott es mostrado como un inescrupuloso ultraconservador que favorece a las grandes empresas, mientras que Crist es acusado de hundir a Florida en la crisis económica y de ser una veleta política, por haber gobernado (2007-2011) como republicano, luego lanzarse al Senado estadounidense como independiente, y ahora ser demócrata.

Con la casi seguridad de un resultado ajustado, analistas advierten que puede tardar en conocerse e incluso puede producirse un recuento de votos, que en Florida es automático si la diferencia es muy pequeña.

Este escenario ha revivido el recuerdo traumático de 2000, cuando tras un mes de agónica incertidumbre, la justicia otorgó la victoria en Florida con sólo 537 votos de diferencia al republicano George W. Bush, sellando la derrota del demócrata Al Gore en las presidenciales.

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