Pese a la paridad en la pizarra, el cuadro visitante ejerció una intensa presión durante los 90 minutos y pudo llevarse la victoria de no haber sido por la mala fortuna, las manos del guardameta Baroja y el poste, que rebotó un tiro libre cuando el partido agonizaba.
En la primera mitad el equipo ecuatoriano marcó el ritmo, pero el orden del Caracas en defensa transformaba en estériles las acciones de la visita.
Foto y datos: EFE
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